Según el periódico estadounidense Wall Street Journal, las asociaciones islámicas chinas han dicho que la iniciativa apunta a dar mayor seguridad a los peregrinos, mientras que algunos activistas de derechos humanos han denunciado lo que llaman medidas de seguridad, es espionaje.
Algunos funcionarios chinos le dijeron al periódico que las medidas de seguridad están dirigidas principalmente contra los musulmanes en la región de Xinjiang con el fin de luchar contra el terrorismo.